IMPRIME SIN FIN
Imprimir puede salirte caro, como saben los usuarios de equipos multifunción de bajo coste cuando imprimen más de una página. Porque se venden según el principio de la lámpara de aceite: los fabricantes no ganan casi nada con la impresora, pero sí con los cartuchos de tinta. En cambio, con las impresoras de depósito de tinta ocurre lo contrario: los fabricantes no escatiman en el precio de las impresoras, pero luego ofrecen la tinta de recarga muy barata. Y con esta combinación, si imprimes con frecuencia, puedes ahorrar mucho dinero. Y eso sin comprometer la calidad o la velocidad de impresión.
Depósitos fijos para la tinta
La mayoría de las impresoras de inyección de tinta funcionan con cartuchos: cuando estos se acaban, se sustituyen. Las impresoras con depósito de tinta, en cambio, funcionan con depósitos instalados de forma permanente que puedes rellenar cuando sea necesario. Estos depósitos son considerablemente más grandes que los cartuchos intercambiables. Se rellenan con botellas de tinta, que pueden ser hasta diez veces más grandes que los cartuchos.
Las botellas de recarga de la Epson.
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