Era el verano de 2018 y Ham Serunjogi, un inmigrante de 24 años de Uganda, pensaba que la presentación que le estaba haciendo a un inversor de Palo Alto estaba yendo bien. Le había explicado cómo su startup fintech, Chipper Cash, les permitiría a usuarios africanos enviar dinero a través de las fronteras de manera mucho más sencilla y económica. Funcionaría de forma similar a la empresa de pago móvil Venmo y se usaría en un continente entero.
Durante la reunión con inversores, uno de los presentes le preguntó: “¿Por qué no buscan donaciones y becas que financien su proyecto?”. Serunjogi le dijo que este proyecto se trataba de un