El valor de la queja
l título de la portada no acaba ahí, tras los puntos suspensivos puede leerse un rotundo: "Para todas las que están hasta el coño". Más que una provocación, lo que pretendo es desestigmatizar el hecho de que estamos hartas. Me parece una doble moral estar todo el día Del falso empoderamiento de "tú puedes con todo", que al final provoca mucha frustración y una carga mental bestial. Realmente no podemos con todo y no pasa nada por decirlo. Me sigue pesando. Muchas veces termino hasta el moño de tantos compromisos. La situación de ser mujer, trabajar y llevar una familia es casi imposible que no te venza cada día. Tenemos que dejar de buscar la validación en los demás y autovalidarnos y cuidarnos nosotras mismas. ¿Qué quieres tú en la vida? ¿Quedarte en casa? ¿Vas a estar más tranquila? ¡Pues quédate en casa! No eres menos por ser ama de casa y no trabajar. Cada mujer debe tejer su propia tela de araña como le convenga. Creo que es posible y se está mejorando, pero no tan rápido como quisiéramos. La mujer trabajadora lo tiene muy fastidiado para avanzar si tiene familia, quiere tenerla o desea pasar tiempo con ella. Hay de todo. El otro día le comentaba a mi marido la envidia que me daba que él se fuera a las 9:00 y no regresara hasta las 20:00. Él lo interpretaba como un reproche y yo trataba de explicarle la gran carga mental que soporto. Tengo que pensar al mismo tiempo en lacompra, lafiesta del cole, el pediatra del niño, la presentación de mi libro… Todo ello FOTOS: me GETTY, crea una D.R. gran frustración y una especie de resentimiento hacia mi marido que me hace estar hasta el moño, porque no puedo más y no sé como expresárselo ya. Mi madre habla en mi libro de que a veces está limpiando un azucarero, la típica tarea que nadie ve pero que es necesaria, y se siente invisible, pequeña y poco poderosa. ¡Tantas cosas! Me ha enseñado a quejarme. La queja puede ser constructiva, no necesariamente tiene que ser algo negativo. En España se dice mucho eso de "¿qué tal estás? Muy bien, no puedo quejarme". Gordi, puedes quejarte. De hecho, ¡debes quejarte!
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos