Parece que entre más acceso a la información y haya más medios para que las personas puedan comunicarse, las estafas y los engaños proliferan y se vuelve más fácil convertirse en víctima de algún listillo. El cine ha encontrado una buena fuente de inspiración en este tema y, ya sea desde la ficción más pura o tomando casos reales como base, ha construido todo un subgénero dedicado al arte del engaño.
Sin embargo, no todos los estafadores son simpáticos bribonzuelos como George Clooney en o Robert Redford y Paul Newman en . En esencia, para que un truhan de estos resulte carismático o cuente con la simpatía del público tiene que haber salido de un guion ficticio. Pero también están los casos reales, aquellos en que, aunque