n mayo del año 1990 no hubo medio de comunicación que no se hiciera eco de los presuntos, la niña que, según una oscura leyenda, terminó emparedada en el palacio por ser fruto de una relación extramarital que el hijo del marqués mantuvo con una cigarrera. “Mi hija Raimunda, nunca, nunca… oí decir mamá”. Estas fueron algunas de las lastimeras voces –supuestamente obtenidas por una psiquiatra– que acongojaron a la audiencia que sintonizó alguna emisora de radio durante aquellos días de primavera. Sin negar que pudiera existir una auténtica fenomenología paranormal, denunció el origen fraudulento de estas grabaciones, ya que su intensidad volumétrica no se ajustaba a los parámetros clásicos que definen a las psicofonías.
LOS “FANTASMAS” DEL PALACIO DE LINARES
Jul 04, 2022
1 minuto
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