Los humanos somos algo así como una paradoja: casi idénticos en mucho (incluido nuestro ADN) pero a la vez muy diversos. Alguien dijo por ahí: “A veces pretendo ser normal. Pero me aburro y regreso a ser yo mismo”.
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Señor “Todo-Lo-Come”
Cuando era niño, el francés Michel Lotito desarrolló un trastorno psicológico alimentario llamado “la pica”, caracterizado por un deseo incontrolable de comer cosas que no son alimento -no sólo comida chatarra, sino ¡chatarra!: metales, rocas, lápices, tierra, cabello, papel…-.
A sus 16, los médicos notaron que sus jugos gástricos eran capaces de digerir objetos impensables -y, al contrario, un plátano lo enfermaba-. -no siempre de una sentada: la avioneta le tomó dos años-.