LA PRIMERA VEZ QUE VI UN M FUE EN UNA PELI
uando era joven me gustaban mucho las películas de acción; atracos a bancos y robos en casinos, normalmente en el sur de Francia. Los malos solían conducir un Serie 3 negro, y los buenos, un M3. Pasaban la mitad de la peli corriendo por Cannes o Niza, y yo pensaba “Tío, cómo corren estos coches”. Era fácil ver la idea detrás del M3 –que no hay porqué elegir entre un deportivo y una berlina, se pueden tener los dos a la vez. Y ninguna otra marca hacía eso. Se podía apreciar la influencia de las carreras en la conducción de precisión, y eso es lo que se siente todavía al conducir un M. Al girar el volante, el coche va justo por donde quieres; sin sobreviraje, sin retraso,