¿Cómo platicarías con tus amigos si no existiera el lenguaje? Tendrías estas opciones: gruñir, gritar, reír, tronar la lengua contra tus incisivos superiores; gestos faciales y corporales (levantar el brazo para saludar, por ejemplo); mediante el tacto, como cuando abrazas a alguien; con olores (las feromonas que excretas al llegar a la pubertad y que comunican tu estado de ánimo, de salud y disponibilidad para encontrar pareja).
Es decir, a falta de palabras, tú, como miembro del reino animal, podrías comunicarte de cuatro maneras básicas:
• Auditiva (con sonidos).
• Visual (mediante gestos).
• Táctil (tocar, abrazar, dar la mano).
• Química (las feromonas mencionadas).
• O una combinación de dos o más de las anteriores.
Pero antes…
PRIMERO LO PRIMERO
Comunicar es transmitir información (mandar un mensaje) de un emisor (quien lo envía) a un receptor (quien lo recibe) con el fin de provocar una respuesta.
Pero para que la comunicación se dé, el emisor y el receptor deben compartir un código: si un niño sueco habla contigo te transmitirá información, pero si tú no conoces su idioma –o él, el tuyo–, no entenderás qué dice y por lo tanto no se podrán comunicar, a menos que aparezca un traductor.
La comunicación puede darse también entre diferentes especies: los colores brillantes de una rana dardo advierten a quien quiera molestarla que ni se le ocurra tocarla o morirá.
QUÉ DICEN
Bueno, y a todo esto, ¿para qué quieren comunicarse los animales? Hay varias razones, aquí las más comunes:
• Para atraer pareja o alejar a otros, como “busco novio/a” o “no se te ocurra acercarte a él/ella porque yo lo/la vi primero”.
• Para avisar: “este territorio es mío”, o “esta fuente de alimento es mía”. Los colibríes defienden las flores con el mejor néctar con avisos a otros colibríes tipo “aléjate o no respondo”, antes de agredir.
• Para mantener contacto entre unidades grupales. Pueden ser pequeñas (madre y cría/s) o más grandes (manadas).