El singular aroma de la menta, siempre tan apreciado, es un auténtico tesoro medicinal, gastronómico y cosmético, que sirven para aromatizar infusiones, ensaladas, guisos y sopas o para personalizar perfumes, jabones, jarabes y dentífricos. Hay distintas variedades de cualidades únicas y aunque todas comparten propiedades digestivas, cada una posee características propias.
En España crecen estas siete especies, todas ellas con el fresco aroma del mentol, un aceite volátil que forma parte de su aceite esencial. Crecen en ambientes húmedos y drenados como riberas, prados y pastizales.