La innovación técnica está en el ADN de Patek Philippe. Un compromiso del que la manufactura ginebrina hace gala siempre y que forma parte de sus valores fundacionales, lo que la lleva a impulsar y ampliar constantemente los límites de la relojería. No en vano es la marca más prestigiosa y respetada del panorama relojero internacional. Pero la innovación en abstracto no significa nada para Patek, empeñada en que sólo tiene sentido si realmente aporta un auténtico valor añadido al usuario en lo que a calidad, precisión y fiabilidad a largo plazo se refiere.
Haciendo honor a estos principios, Patek presentó a finales del año pasado una importante novedad creada en su Advanced Research, un programa de investigación y desarrollo que, desde 2005, lleva a cabo “investigaciones punteras en el ámbito de nuevos materiales, tecnologías y principios de concepción que permitan abrir perspectivas inéditas en el campo de la relojería”, como explican los ingenieros de este departamento de investigación y desarrollo.
El nuevo modelo es una auténtica y mayúscula innovación que abre nuevos horizontes para los relojes de sonería, uno de los dominios más queridos por la manufactura, desarrollando un sistema inédito de amplificación del