Joseph Cotte
Mi primer encuentro con este actor se inicia en la infancia; tirando de memoria, recuerdo los tiempos en que uno de mis familiares más aficionados al cine lo llamaba don José Cotten, quizá haciéndose eco, sin confesarlo, de algo que había escuchado en algún otro sitio. Era muy amigo ese familiar de aplicarse al deporte del mote y aún más a la práctica de traducción castiza de los nombres de las estrellas estadounidenses.
Pero a título general, y como consecuencia de una mirada más cinéfila hacia Joseph Cotten, tengo claro que la dilatada carrera de este caballero del cine en todos los sentidos, dentro y fuera de la pantalla, uno de los actores más elegantes del cine, al que quizá no le dieron tantas oportunidades en su madurez como merecía, pero que tuvo un buen despegue en su primera década trabajando en Hollywood, puede quedar resumida en cuatro películas absolutamente imprescindible de su trayectoria profesional ante las cámaras.
Cinco películas imprescindibles
La primera es su papel como actor de reparto esencial en un clásico del cine absolutamente incuestionable, Ciudadano Kane (1941), dirigida por su amigo Orson Welles –Cotten fue padrino en su boda con Rita Hayworth–,por la que le pagaron 1200 dólares a la semana. La segunda, su papel, ya como protagonista, en la tercera película del célebre director, El cuarto mandamiento (1942). La tercera en La sombra de una duda (1943), película favorita de la dilatada filmografía de su director, Alfred Hitchcock. Y la cuarta en El tercer hombre (1949), dirigido por Carol Reed.
En la primera ejerció como conciencia moral, al modo de Pepito Grillo, del protagonista, un Charles Foster Kane, protagonizando varias secuencias en las que Welles hizo un auténtico alarde de talento reinventando el lenguaje del cine, como son la del de su personaje, ya en la ancianidad, definiendo las claves que marcaron el primer matrimonio del que fuera su poderoso amigo, y la del momento en el que, harto de los abusos de este, su personaje, Leland, bastante borracho, reúne fuerzas para separarse de él pidiéndole que le
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