Custodiar, un verbo en la frontera
¿Cuál es la actualidad de custodiar en nuestro mundo herido?
Primero hay que ponerse de acuerdo en su significado. Custodiar es la acción polifacética de quien mantiene en el tiempo, contiene en un espacio, defiende de posibles enemigos, espera y vigila con la esperanza de lo nuevo (la luz del día), se sienta al lado y acompaña atentamente algo precioso. Pueden ayudarnos a entenderlo sus contrarios: desatendido, abandonado, indefenso, descuidado, olvidado, indiferente, marginal… Todos son estados indeseables.
Innumerables figuras míticas, religiosas o literarias, guías o compañeros de viaje de los héroes de muchas culturas recuerdan la figura de un amigo o amiga, de un maestro o maestra o ángel o sabio que acompaña al protagonista en los momentos difíciles y le permiten lograr la hazaña. Así nace a menudo la heroína o el héroe.
La práctica de se pierde en la noche de los tiempos. Aparece en las narraciones sagradas, en los mitos sobre el origen y fundación de ciudades, en antiguas fórmulas de bendición, en los nombres de antiguos y famosos reyes. Estos. Una extensión de los campos semánticos no solo espacial sino también temporal, que abarca milenios de historia hasta nuestro días. Esto ya habla de su actualidad.
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