EL MISTERIO DE LA INSPIRACIÓN
Durante mi larga estancia en Europa, entre 1890 y 1918, tuve el privilegio de hablar en varias ocasiones del tema de la inspiración con Brahms, Strauss, Puccini, Humperdinck, Bruch y Grieg. En el libro La vida secreta de los maestros (Luciérnaga, 2021) plasmo las revelaciones que estos compositores famosos me hicieron sobre sus experiencias intelectuales, espirituales y físicas durante el proceso de creación, y la forma en la que se emocionaron al ser tocados por la fuerza del alma cuando sintieron la necesidad urgente de crear. La conversación con Johannes Brahms, que tuvo lugar a finales del otoño de 1896, fue posible gracias a la intermediación de Joseph Joachim, un director de orquesta, violinista, compositor y profesor húngaro. Está considerado como uno de los violinistas más influyentes de todos los tiempos.
Este era el amigo más íntimo de Brahms, y fue su magnífica forma de tocar la que inspiró a Brahms para componer el concierto para violín. Siguiendo el consejo de Joachim, me aseguré de contar con los servicios de un taquígrafo experto bilingüe a través de la embajada estadounidense en Viena, que recogió, palabra por palabra, la conversación que mantuve con Brahms durante el transcurso de tres horas.
–¿A qué obras cree que se refería Jesús en Juan 14, 12, cuando dijo: «El que en mí cree, las obras que yo hago las hará también; y hará otras todavía más grandes»? –pregunté a Brahms.
–Es obvio que se refiere a sus milagros.
–Entonces, ¿cree que realmente Jesús realizó milagros?
–Desde luego que sí, a pesar de Harnack.
LOS MILAGROS DE JESÚS
Aquí tenemos que abrir un paréntesis. Adolf von Harnack era por entonces el teólogo más
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