En la encrucijada de la recuperación
No desvelaré el nombre del ministro de Economía que, tras una intensa jornada de trabajo en el proceso de elaboración de unos presupuestos, me dijo: “La diferencia entre ser conservador o progresista en este país son apenas 6.000 millones de euros de gasto público. Lo demás es mera impostura política”. que endurecerá las condiciones de financiación de la deuda pública española, o los riesgos del suministro de gas en un entorno de suma dependencia energética. Y el riesgo es mayor si cabe por cuanto España, al cierre del segundo trimestre de 2021, se encontraba a un nivel del 92,8% del PIB anterior a la pandemia, mientras otros países como Alemania o Francia se situaban en el 96,8% del PIB. Por otro lado, la revisión de las previsiones de crecimiento de la economía española para este año elaboradas por el INE y las proyecciones de crecimiento elaboradas por institutos públicos y privados de investigación económica para 2022 pueden poner en cuestión algunas de las magnitudes macroeconómicas sobre las que se sustenta el presupuesto.
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