Agujeros cuasinegros
Vuelve a nuestras páginas una de las firmas más prestigiosas a nivel internacional de la divulgación, el profesor de la, y lo hace con uno de los temas más apasionantes y enigmáticos de la astrofísica y cosmología modernas: los agujeros negros. Estos objetos astronómicos poseen una fuerza gravitatoria tan descomunal que nada, ni siquiera la luz –los fotones–, puede escapar de ellos. El denominado horizonte de sucesos separa la región del agujero negro del resto del universo, define el límite donde la velocidad requerida para evadirlo excede a la velocidad de la luz, que es el límite de velocidad en el cosmos. La materia y la radiación son atrapadas y no pueden salir. Hace casi medio siglo, Stephen Hawking anunció que los agujeros negros rompen así la simetría temporal fundamental de la física, al destruir la información e impedir, incluso teóricamente, la inversión de una secuencia de acontecimientos desde el futuro hacia el pasado. Esto, que se conoce como pone de manifiesto una profunda desconexión entre la relatividad general y otro gran pilar de la física moderna, la teoría cuántica. Para enredar aún más la madeja cósmica, el físico de Oxford también fue quien aseguró que los agujeros negros no son del todo negros, sino que brillan débilmente, debido a la radiación que lleva su apellido.
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