Ramírez Bedolla, consentido de AMLO; Monreal, castigado
ZACATECAS/SAN LUIS POTOSÍ/ MICHOACÁN.- El presidente Andrés Manuel López Obrador no oculta distanciamientos ni cercanías en su relación con los nuevos gobernadores morenistas o sus aliados políticos. El trato diferenciado es ya obvio frente a las situaciones críticas que desde las primeras semanas se enfrentan en varios estados y se advierte hasta en el reparto del presupuesto que el gobierno federal prevé para el año próximo.
En el primer caso estarían los gobernadores de Zacatecas, David Monreal, y San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona (del PVEM), quienes en campaña se jactaron de contar con el más amplio respaldo presidencial para atender los graves problemas que les dejaron sus antecesores, particularmente en materia financiera y de seguridad, y que trabajarían a lo largo de los próximos tres años en estrecha colaboración.
Nada de eso se ha visto. Y los augurios para 2022 no son mejores, porque mientras en el caso de Zacatecas ya surgieron quejas por una reducción
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