TARÁSOV, CAMARADA MILLONARIO
EL CAMBIO DE PARADIGMA PARA HACERSE MILLONARIOS REPARANDO VÍDEOS VHS O MONTANDO AGENCIAS MATRIMONIALES
En febrero de 1989, el programa de la televisión central soviética Vzglyad entrevistaba a un anónimo ciudadano de rostro anodino que frisaba los 40 años. Se llamaba Artiom Tarásov y había acudido hasta los estudios moscovitas – por voluntad propia– para dar a conocer su historia. Según su nómina, completamente legal y sellada por el Gobierno, el mes anterior había cobrado de la cooperativa que dirigía un sueldo de tres millones de rublos (al cambio, unos cinco millones de dólares de la época), una cifra astronómicamente absurda teniendo en cuenta que a cualquiera de sus compatriotas apenas les alcanzaba para sobrevivir con los 130 rublos que ganaban en sus respectivos puestos públicos.
¿Cómo era posible que un camarada del pueblo, en medio de un régimen comunista que condenaba la propiedad privada, pudiera acumular semejante capital? Lógicamente, su testimonio provocó entre los espectadores la misma cantidad de asombro
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