Bajo una clara línea de gran coherencia, ella se desenvuelve con naturalidad en sus distintas facetas. La creatividad y la libertad, piezas imprescindibles de su identidad, la han llevado a formar parte de proyectos sociales como primera embajadora mexicana ante la ONU Mujeres. Ese empeño por enaltecer su género permeó también en la creación “A no llorar”, una canción que marca un parteaguas en su carrera.
¿Quién es Ximena hoy, como mujer, artista y mamá?
Me considero una persona bastante única. Me gusta mucho no encajar necesariamente en ningún molde en mis facetas: ni como actriz ni en mi faceta como cantante ni en mi faceta personal ni en mi faceta como mamá. Me gusta ir marcando mis propias reglas y mi propio camino. Creo que es importante que haya personas como yo representando justo eso, la libertad de poder