La última gran pandemia que el mundo experimentó sucedió en 1918. Fue la más severa de la historia actual de la humanidad. El virus infectó un tercio de la población mundial y el número estimado de muertos en todo el mundo puede haber llegado a 100 millones. A pesar de la tragedia social, la peste acabó trayendo una serie de adelantos en hábitos, comportamientos y tecnologías – desde una mejora significativa en la higiene personal, pasando por el aumento del malestar social (llevando a muchos cambios), hasta la realización de más cantidad de viajes aéreos a medida que las personas comenzaron a viajar más. Habiendo pasado 103 años, tenemos una nueva pandemia,
