ROMA CAPITAL DE ITALIA
A UNQUE CUESTE DE CREER POR TODO SU POSO CULTURAL, DEL QUE SOMOS LEGATARIOS, SOLO HACE CIENTO CINCUENTA AÑOS QUE ROMA SE CONVIRTIÓ EN LA CAPITAL DE ITALIA, UN LUGAR QUE TAMPOCO EXISTÍA COMO ENTIDAD NACIONAL. Y es que, pese a que desde hacía siglos se aludía a ella para designar el espacio geográfico que se extendía por la península apenina y la procedencia de un puñado de hombres y mujeres a quienes se les había reconocido una singular idiosincracia, no era lo que es hoy.
UNIDAD ITALIANA
El camino hacia la unidad italiana no estuvo exento de sucesos espinosos. El político Giuseppe Mazzini preconizaba una República unitaria y aspiraba a un "Risorgimento" cultural. Los católicos preferían una confederación de Estados bajo la presidencia del Papa. Y buena parte de la burguesía moderada apostaba por un reino dirigido por la vieja Casa de Saboya que venía gobernando sobre el reino de Piamonte-Cerdeña–también llamado Cerdeña-Piamonte o sencillamente Piamonte.
El cambio de signo en la tradición dinástica de los Saboya lo protagonizó el rey una personalidad compleja que se puso al frente de una incipiente cruzada liberal cuando en febrero de 1848 otorgó a sus súbditos un estatuto constitucional. Esta era la copia exacta de la Carta Magna francesa de 1830, que precisamente los franceses acababan de abolir en la vorágine de la "primavera–a quien padre dedicó la célebre marcha que da la bienvenida al Año Nuevo–.
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