CLICK, CLICK, CLICK
La imagen del como un oso de peluche se la debemos a Byung-Chul Han (1959). Es filósofo. El pensador alemán más leído. Esto último lo dice . Si lo dice esta cabecera, a mí me ahorra confirmarlo. Si nos quitan el juguete, nos da un berrinche. Sea por extravío, robo, ahogamiento…, la escena será la misma: histeria, lloros, cabreo… seguidos de una fuerte dosis de . En él está. Han dice que “esta hípercomunicación no es satisfactoria. Solo nos hace más honda la soledad, porque falta la presencia del otro”. Descubrimos más en su último libro “No-Cosas” (Taurus). Y sí, a este señor hay que escucharle. De origen coreano, llegó a Berlín sin saber una palabra del idioma de Goethe. Se doctoró y desde allí suelta proclamas como “menos darle al y más coger el azadón”. Durante años ha cultivado un jardín secreto y asegura que esta afición lo aleja de su ego. Esta larga introducción es para invitarles a descubrir lo último del mundillo del arte a través del , la o el ordenador, aunque lo más sencillo sería invitarles a recorrer las galerías de su ciudad. Son espacios abiertos y gratuitos. Pero, como han comprobado, vivo en una permanente contradicción.
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