POR TIERRA LA GRAN APUESTA: AUTOS VERDES
EN LA PLANTA DE ensamblaje de Volkswagen en Chattanooga, Tennessee, las carrocerías pasan con lentitud por encima del suelo de concreto sobre cintas transportadoras. Cada 73 segundos se ensambla una transmisión mecánica, y pronto la carrocería y el chasis empiezan a subir juntos. Mientras observo, trabajadores en sillas rodantes con pistolas hidráulicas se deslizan por debajo de un Passat que pasa a la altura del pecho: colocan protectores a prueba de rocas y placas de deslizamiento en la parte inferior del chasis antes de dejar sus herramientas a la espera del siguiente auto.
En 320 000 metros cuadrados, unos 3 800 trabajadores y 1 500 robots se mueven a un ritmo constante todo el día para construir algunos de los vehículos a gasolina más reconocidos: 45 por hora, 337 por turno y más de 1.1 millones desde que Volkswagen (VW) terminó la planta en 2011.
Este lugar tiene una historia complicada. A partir de la Segunda Guerra Mundial, y de manera periódica durante las tres décadas siguientes, los contratistas militares procesaron aquí ácido nítrico y sulfúrico para fabricar TNT, y almacenaron las municiones en búnkeres de concreto en los bosques cercanos. Sin embargo, hoy día, una empresa automotriz con un legado turbio en materia de emisiones trata de ayudar a ecologizar el sistema de transporte de la nación.
Esta planta producirá el primer vehículo eléctrico de Volks– wagen en Estados Unidos. En 2022 empezará el armado en masa del automóvil –un SUV compacto llamado ID.4– en su actual línea de montaje; alternará la producción con la de los modelos a gasolina para poder responder con rapidez a la demanda. En mi visita a la planta, la primavera pasada, la transición ya iba muy avanzada.
Los vehículos eléctricos en su totalidad son más sencillos que los de motor a gasolina. “La idea básica es que tenga menos piezas”, me grita el especialista en montaje Chris Rehrig en medio del ruido de la planta.
Por otro lado, los modelos de VW tienen baterías enormes: los paquetes pesan casi 500 kilogramos y cada uno se afianzará a la parte inferior de la carrocería mediante un destornillador automático. La misma máquina, cuando se acerque
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