EL PAPEL PÚBLICO DE LA MUJER
no de los logros del período republicano es que la mujer empieza a tener una voz pública que, quiérase o no, debe ser, de María Lejárraga, era parte de un grupo de cinco en las que trataba temas como la cuestión religiosa, la defensa de la República o el problema autonómico. Clara Campoamor relató su experiencia en un libro, , y, en un ejemplo de coherencia política, se dio de baja en el Partido Radical tras la represión que siguió a la Revolución de Octubre de 1934. Entonces envió a Alejandro Lerroux una carta en la que, con extraordinaria fuerza, le interpelaba por la renuncia a sus convicciones: “¿A qué secreto propósito, designio o anhelo sacrifica usted tantas cosas, señor Lerroux? ¿No teme darse cuenta usted de su error cuando sea demasiado tarde?”.
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