“Cuando tú tomas la primera decisión de fabricar cualquier cosa, el 80% del impacto que va a tener ese producto se puede manejar en su etapa de diseño”, asegura Carolina Moya, directora ejecutiva del laboratorio de tendencias y sustentabilidad STGO SLOW y docente de la Universidad Finis Terrae. Esta afirmación refuerza parte del pensamiento de la llamada moda circular, esa que busca que en toda la cadena productiva y de valor –desde que se eligen las materias primas para la confección de una prenda hasta el fin de su vida útil– se utilicen los recursos de manera eficiente, con el fin de generar el menor impacto posible.
En un mundo en que los bienes se vuelven cada vez más escasos, esta parece ser una respuesta eficaz y rentable. Desde el año pasado, en nuestro país comenzó a trabajarse una hoja de ruta con 92 metas y acciones concretas para transitar