e cuenta que a principios de los años 60, cuando Ken– zo Takada abandonó su Japón natal y llegó a París tras seis meses de viaje, la primera cosa que hizo fue bailar la noche entera. Era un momento de posibilidades infinitas para el joven diseñador. Aunque no hablaba francés –lo que lo llevó a trabajar en la temporada equivocada para su primer desfile–, manejaba un lenguaje aún más universal: el del color. Así, combinó su sensibilidad
FUERZA natural
Apr 02, 2021
3 minutos
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