Megan RAPINOE
Su diestra tiene la misma fuerza y precisión que su lengua. Y sólo esa inteligencia despierta y el enorme carisma que derrocha en las entrevistas son capaces de hacer sombra a las internadas por la banda que ha convertido en marca de la casa. Megan Rapinoe (Redding, Estados Unidos, 1985) es una futbolista, sí. Una de las mejores de la historia, seguramente. Pero es mucho más. Icono pop, agitadora de conciencias, musa de diseñadores, (así se define ella), referente para millones de niñas que quieren cambiar el mundo empezando por los estadios y, sobre todo, mujer valiente y aguerrida, jamás se ha retirado de una batalla por algo que considerara justo. En 2016, fue la primera profesional de otro deporte en arrodillarse durante el himno de Estados Unidos después de que elque hasta se ofreció a ser su vicepresidenta en una entrevista que le hizo en su cuenta de Instagram cuando aún era candidato. También ha marcado varios tantos en el terreno de los derechos LGTBI, al dar visibilidad a esta comunidad en el deporte de élite. Desde el año pasado, está prometida con su pareja, la baloncestista Sue Bird, y ambas participarán en los Juegos de Tokio (del 23 de julio al 8 de agosto), que para ella serán los terceros. En 2012 ya se alzó con el oro, tras meter, además, el único gol olímpico (directo de córner) de la historia en una cita ídem. Súmense a ese éxito dos mundiales, tres ligas, un Balón de Oro... Pero su talento no se detiene ahí; ha fundado una marca de ropa llamada Re-inc, su inconfundible pelo violeta se ha colado en la última campaña de la firma española Loewe y entre los ángeles de Victoria’s Secret y ha publicado unas polémicas memorias tituladas (Cúpula) que se han convertido en un instantáneo. Casi nada como
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