LILY ROSE
“Haciendo videollamadas con mis amigos y con mis familiares fue como me di cuenta de lo mucho que los echaba de menos. Entendí que las personas nos necesitamos unas a otras”
Lily-Rose Depp (Francia, 1999) cuida con mimo su vida privada. La actriz sigue así el consejo más valioso que le han dado sus padres, los intérpretes Vanessa Paradis (también cantante y modelo) y Johnny Depp, que algo saben de los y las intimidades aireadas. Con una decena de películas en el currículum, la joven ha aprobado el examen al que son sometidos los que quieren forjarse un camino en Hollywood. Dicho examen consiste en demostrar que hay talento más allá del apellido... y, en este caso, del asombroso parecido físico con mamá. Su energía y su capacidad deuna aventura espacial estrenada la pasada primavera; el que desarrolla tres tramas con los estupefacientes de por medio (acaba de aterrizar en Movistar+); aún sin fecha y con un reparto de campanillas, y filmada ya bajo la sombra de la pandemia e inmersa en el proceso de postproducción. No está mal para una novata, ¿verdad? Pero lo cierto es que Lily-Rose no es ninguna principiante. Debutó en la industria en 2014, con un pequeño papel en una de las gamberradas de Kevin Smith; desde entonces, no han dejado de lloverle propuestas, entre las que destaca su participación en durante el rodaje de este intenso drama histórico (disponible en Netflix), conoció a Timothée Chalamet, con el que mantuvo una relación. Pero no sólo el séptimo arte la reclama: la moda también se ha rendido a sus pies. De hecho, la actriz lleva seis años (empezó a los 16) ejerciendo de musa de Chanel, firma para la que ha desfilado en varias ocasiones y participado en campañas destinadas al público Sus cuatro millones y medio de seguidores en Instagram certifican el tirón de un referente enamorado del color rosa y con el en el ADN. Ahora pone rostro a una colección de barras de labios tan explosiva como la propia Lily-Rose. Y esto no ha hecho más que empezar.
