30 años de silencio
CUANDO APARECIERON LOS CRÉDITOS de El silencio de los inocentes al final de su primera proyección, en octubre de 1990, la audiencia de la convención anual de ShowEast se quedó mudo. Ningún comentario, ni risas incómodas o aplausos. Silencio absoluto. La reacción era desconcertante para Ted Tally, guionista de la película, quien le preguntó al director Jonathan Demme, “¿Crees que sea una película demasiado terrorífica?”. “Tal vez”, respondió Demme.
Sin embargo, conforme pasaron las horas, los murmullos comenzaron a emanar de las personas que la habían visto. Esta misteriosa historia de un asesino serial había conmovido a los críticos. El silencio resultó ser una gran victoria.
De alguna manera, la película se convirtió en el primer filme de terror en ganar un Oscar a la Mejor Película. Además del mayor éxito -y de mayor miedo- de los 90, también es una inusual adaptación cinematográfica que superó al libro (el cual brilla por cuenta propia). Jodie Foster les dio a las audiencias un nuevo tipo de heroína con Clarice Starling, mientras que Anthony Hopkins interpretó de manera espectacular al Dr. Hannibal Lecter, verdadero monstruo que se convirtió en un arquetipo de los asesinos seriales frente a las cámaras.
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