IR AL GRANO
ste problema ha aumentado las consultas de dermatología en un 40% en España, según datos de "Nuestra piel no está acostumbrada a la mascarilla y le produce una falta de oxigenación, que respire menos; se suma, además, que por bacterias, lo que lleva. "Si además la piel tiene alguna patología tipo rosácea, normalmente se verá afectada y se incrementará o aparecerán brotes que la alteren", continúa. El doctor Leo Cerrud reconoce que la aparición de estrés cutáneo por el uso de este artilugio ha sido una sorpresa: "Muchos profesionales ya la empleaban de manera habitual, y nunca se habían dado estas patologías", confiesa. "Sabíamos que el confinamiento afectó a la piel, disparando los casos de acné, melasmas, atopias y alergias. Ahora, encima, su uso continuado aumenta aún más el estrés de una piel ya de por sí afectada", añade.
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