El hermano pequeño del ADN salta a la fama
Es posible que sea una de las palabras más buscadas en internet y figure entre las diez que describan 2021, , el ingrediente principal de las vacunas contra el SARS-CoV-2 que han desarrollado, entre otros, Pfizer y BioNTech y Moderna. Su historia en el mundo de la biomedicina comienza en 1989, cuando investigadores del Salk Institute demostraron que el ARN encapsulado en nanopartículas lipídicas podía colarse en el interior de diferentes células eucariotas. Y tuvieron que pasar veinte años para que los científicos descubrieran su potencial terapéutico en el cáncer, en ciertas enfermedades raras, en trastornos cardiacos, metabólicos y renales o en las infecciones víricas, como la rabia y el zika.
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