LA DISTRACCIÓN PERMANENTE O EL FIN DE LA LECTURA
Ni la Vieja ni la Nueva Normalidad se cuidaron de establecer esa distancia preventiva que debiera mediar entre un smartphone y un buen libro. Cierto, ambos dispositivos son compatibles. Pero mientras Internet se apodera de nuestras mentes, el zapping intelectual acelera la fractura cognitiva. Nicholas Carr vaticina un futuro entrópico. ¿Apunta el sedicente playlist de la Distracción Inducida a la Aniquilación de la Lectura? Ya lo anticipó Sócrates: todo nativo digital es un iletrado potencial.
LIBROS ILEGIBLES, CEREBROS VULNERABLES
A decir verdad, el Tábano de Atenas no clavó su aguijón tan lejos, salvo que proyectemos su zumbido hasta la vigente colmena digital. Es a lo que procede en (Ediciones B). ¿Por qué el creador de la dialéctica no legó a la posteridad ni una sola obra? Porque consideraba que la palabra escrita devaluaba el oro de la memoria y pervertía la interiorización del conocimiento. Aunque lo hiciera por escrito –en -, ó justificaba a su maestro comparando la escritura con las obras artísticas. Suplen lo real por su simulacro y condicionan el proceso reflexivo que conduce a la verdadera sabiduría. ¿Cuál? Esa que no se sustancia en
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