LAS 30 MONEDAS DE JUDAS ¿MÁS PODEROSAS QUE EL ARCA DE LA ALIANZA?
“Entonces uno de los Doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue donde los jefes de los sacerdotes y les dijo: ‘¿Cuánto me daríais si os lo entrego?’. Ellos le prometieron treinta monedas de plata. Y desde aquel instante comenzó a buscar una ocasión para entregárselo”. (Mateo, 26, 14). El estreno de la serie de televisión 30 monedas, dirigida por Álex de la Iglesia, ha puesto de actualidad una de las reliquias más emblemáticas del cristianismo: las monedas de plata que recibió Judas a cambio de entregar a Jesús de Nazaret a los romanos. Más allá de la ficción televisiva, ¿cuál es la historia y el verdadero poder que se atribuye a esta reliquia que motivó la crucifixión de Jesús?
UN TESORERO LLAMADO JUDAS
Doce discípulos –número no exento de significado simbólico– fueron los que acompañaron a Jesús de Nazaret en su misión predicadora. Todos procedían de la región de Galilea (norte de Israel), salvo uno de ellos, conocido como Judas Iscariote, probablemente por ser oriundo de la ciudad de Cariote (o Kerioth) en la provincia de Judea (sur de Israel). Fue este quien pasó a la Historia por traicionar a su Maestro vendiéndole a los romanos a cambio de treinta monedas de plata (MÁS ALLÁ, 373).
Esta motivación económica en la entrega de Jesús se insinúa varias veces en los Evangelios. En el texto atribuido a –el más antiguo de los evangelios, compuesto hacia el año 70–, podemos leer: (Marcos 14, 10). Lo mismo puede leerse en Lucas, en el que se añade que, antes de negociar con los sumos sacerdotes la entrega de su Maestro, había sido el mismo Satanás el que había entrado en el discípulo traidor (Lucas 22, 3).
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