DAÑOS Y PERJUICIOS
reconoce Mateo Gil (Las Palmas de Gran Canaria, 1972), por fin de vacaciones en su isla después de casi un año de rodaje y una posproducción obligada en casa. En su debut de 1999, aparece una secta con sus mensajes cifrados y sus atentados, que bien pudiera ser el germen de losun thriller emocional, social y ético de seis episodios basado en un relato de Jack London en el que un misterioso club obliga a un empresario de comunicaciones a entregarle 50 millones de euros o será responsable de un asesinato aleatorio a la semana. Una reportera de su periódico, Mónica (Marta Belmonte), será su apoyo. –aclara el realizador– Mateo Gil y él se conocieron en la Feria del Libro de Madrid en 2001 y ese mismo día él le habló del cuento. Después de una noche de copas y mucha conversación, se reunieron en su casa de Galicia para realizar una posible película que quedó aplazada. Casi 20 años más tarde, el guion de ambos se ha convertido en la primera serie de Gil gracias a la mediación de Paco Ramos, hoy vicepresidente de Contenidos Originales de Netflix, y en su día productor de (2018), su film anterior. Concretados tema, fechas y productora, solo quedaba elegir el reparto, una de las mejores sorpresas de la ficciónPorque a un Luis Tosar impecable como empresario ambicioso y triunfador lo rodea un grupo de actores que el realizador ha rescatado de un injustificable olvido: Willy ToledoAdolfo Fernández, Àlex Casanovas, Miguel Ángel Solá e incluso Carmelo Gómez con una aparición estelar en el penúltimo capítuloseñala Gil.
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