«Faltan mujeres en el rap»
na breve búsqueda en internet es suficiente para darse cuenta de que la rapera Doja Cat (Los Ángeles, 1995) ha hecho de la dualidad su mejor bandera. Tan pronto confirma una colaboración con Ariana Grande o actúa en alguna prestigiosa entrega de premios como describe en su Twitter, con humor y de manera bastante explícita, su última fantasía sexual. Por eso, prepararse para hacerle esta entrevista de portada genera una mezcla de ganas, curiosidad y nerviosismo. Con ella todo es posible, así que resulta difícil dejarse llevar por ideas preconcebidas. Amala Ratna Zandile Dlamini –ese es su verdadero nombre– se conecta a nuestro encuentro virtual antes de tiempo, al contrario de lo que suelen hacer las grandes estrellas. Primer cliché derribado. Encima, su alias en Zoom es Stinky Little Baby Toes, cuya traducción sería algo así como «pequeños dedos del pie apestosos». Lo dicho: humor no le falta.
En su carrera musical también se pueden palpar los contrastes. Por ejemplo: si en el universo existen dos tipos de personas –las que han subido, su último temazo, y las que no, ella pertenece al primer grupo. Y del mismo modo que tiene un gran ejército de , sus no le perdonan ni una. Mientras, ha logrado trabajar con la mismísima Nicki Minaj, y ha tenido un sonado –conflicto, en el argot del rapcon Cardi B. La música ha formado parte de su vida desde pequeña y en la adolescencia ya creaba sus propios ritmos y melodías. Pero su gran momento llegó en 2018, con polémica incluida, gracias a su , en el que fantaseaba con ser una vaca.
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