Aquí estoy yo
La culpa fue del chaflán: una esquina redonda en el edificio que complicaba la decoración. Sin embargo, lospara contemplar los espectaculares ventanales que dan a la calle. Sin apenas darnos cuenta, los colores verde y blanco utilizados en ambos espacios te conducen visualmente de un ambiente a otro como si fueran uno solo. Pero el encanto de la cocina se debe, además, a otros factores. El respeto de los elementos estructurales fue uno de ellos. El techo de bovedillas que deja a la vista los ladrillos originales añade autenticidad. Las losas hidráulicas antiguas que se adquirieron para el suelo, la enriquecen. Y los muebles, cómodos, aseguran muchas horas de disfrute en el futuro.
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