CAZADORES DE AGUJEROS NEGROS
Son los herederos de la policía celeste, aquella sociedad de seis astrónomos conformada en 1800 en el observatorio de Johann Schröter, en Lilienthal, en el norte de Alemania, para encontrar un supuesto planeta perdido entre las órbitas de Marte y Júpiter. Dos siglos más tarde, otra sociedad de astrónomos –esta vez más de doscientos, repartidos por todos los rincones del planeta– se ha agrupado en torno a una red de veinte radiotelescopios con una misión histórica: apuntar al cielo para fotografiar por primera vez un agujero negro –el de la galaxia Messier 87– y grabar los primeros vídeos del que habita en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
EN LA PRIMERA FASE DE ESTE PROYECTO EMPLEARON OCHO RADIOTELESCOPIOS UBICADOS EN VARIOS CONTINENTES –entre ellos el de Sierra Nevada, en Granada–, con los que realizaron dos misiones de observación en los meses de marzo y abril de 2017 y 2018. El resultado es ya historia de la astronomía: el 10 de abril del año pasado publicaron la fotografía del agujero negro de la galaxia Messier 87 –también conocida como M87–, que pertenece al llamado cúmulo de Virgo. Era la primera vez que la humanidad veía con sus ojos uno de los elementos más enigmáticos y extremos del cosmos; un punto en el que se ponen en jaque las leyes de la física del universo.
Tras este acontecimiento, el proyecto recibió en septiembre un impulso definitivo: la Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos, una agencia del Gobierno federal, le concedió 12,7 millones de dólares para llevarlo a su segunda fase, la llamada Siguiente Generación del Telescopio del Horizonte de Sucesos (ngEHT, por sus siglas en
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