Huella verde
Aunque las botellas de plástico que utilizamos en las carreras atraen todos los titulares sobre la emergencia ecológica, el coste medioambiental más grande del running (y el más difícil de reducir) procede de la fabricación de las zapas que tanto nos gustan.
En 2018 se vendieron en todo el mundo 1.200 millones de pares de zapatillas de deporte, el 40% de running. Se espera que la cifra alcance los 1.370 millones en 2023. No es complicado adivinar por qué la demanda no cesa en su auge: no dejan de aparecer regularmente modelos nuevos con tentadoras actualizaciones que prometen una mejora del rendimiento. Continuamente, nos aconsejan que invirtamos en zapatillas diseñadas para cada modalidad: pista, competición, entrenamiento o trail.
Por si fuera poco, se supone que debemos sustituir nuestras zapatillas cada 500-800 km, lo que se traduce en solo 6 meses en el caso de que recorramos unos 32 km a la semana. La lógica parece amparar esta afirmación: cuanto más tiempo corras con un calzado que ha perdido el apoyo y la amortiguación, mayor será el riesgo de sufrir una
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