ICONOS DEL CAMBIO
GRETA THUNBERG: EL PODER DE LOS JÓVENES
Una hora después de llegar a la estación de Chamartín en Madrid para asistir a la Cumbre del Clima, Greta Thunberg bromeaba en Twitter sobre cómo había pasado desapercibida al bajar del tren. La ironía era evidente. Desde que abrió la puerta del vagón, los periodistas asaltaron a esta pequeña figura con expresión entre el susto y el enfado que se escondía bajo la capucha de su sudadera, y se apiñaron como un enjambre con sus cámaras, trípodes y grabadoras mientras varios policías y agentes de seguridad intentaban abrir paso a la activista sueca. Greta, por supuesto, hizo lo que hace una adolescente: lo publicó en las redes sociales.
Todo el fenómeno Greta en realidad no se podría explicar sin Facebook o Instagram. Cuando esta joven empezó su Huelga por el Clima en su ciudad natal de Estocolmo, fueron sus fotos en Twitter las que atrajeron la atención de algunos científicos y la prensa, que comenzaron a apoyar su mensaje y a hacerle visitas en su protesta solitaria frente al Parlamento. En solo unos meses, Greta pasó de ser una niña saliendo de una crisis psicológica con unos padres todavía preocupados a convertirse en el icono de la lucha contra el cambio
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