JULIÁN LÓPEZ CON LA MÚSICA A OTRA PARTE
Un conquense con muy poca vergüenza, hincha del Athlétic de Bilbao, amante de la armonía casera (versión manchega del ), que de niño no eligió la guitarra o el piano como instrumento musical como el 90 por ciento de los mortales sino que quiso tocar la trompa y que en la facultad se rodeó de dudosas amistades (léase los chanantes Ernesto Sevilla & co.). Este sería el resumen exprés de Julián López. Un cómico que iba para profesor de música, y que acumula casi 15 películas en la mochila. Historias que lo han llevado a perder el norte después de pagar fantas, a trabajar con Almodóvar en o a convertirse en patético estratega junto al indeseable Torrente, por citar solo algunas. Este mes llega a las salas con todasde Carlos Therón . Una misión muy poco seria.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos