ESPEJITO, ESPEJITO
El 13 de marzo, mientras Nueva York se preparaba para confinarse con el objetivo de reducir la propagación del Coronavirus, la fundadora de Mirror, Brynn Putnam, cerró las oficinas de su startup de fitness y mandó a sus casi 100 empleados a sus casas. La exbailarina se resguardó en su departamento de Greenwich Village con su marido, Lowell, también un emprendedor. El matrimonio se turna para ver a quién le toca estar en Zoom desde el dormitorio y quién se queda en el living cuidando de su hijo George, de tres años.
Lo único que les resulta fácil es hacer ejercicio. Putnam llevó a su casa dos de los espejos interactivos Mirror de su compañía de fitness. Uno está en su dormitorio, y el otro, en el cuarto de huéspedes. “Si Lowell quiere practicar boxeo y yo prefiero hacer yoga, no hay problema”, dice Putnam, de 36 años.
Con una capitalización bursátil de más de US$ 13.000 millones, un producto y una campaña de marketing que originó innumerables me-mes, Peloton es, por su parte, la compañía de fitness que más está dando que hablar en tiempos de Coronavirus. Mirror, una empresa de propiedad privada, está pisándole los talones gracias a una exclusiva ventaja que Peloton no puede igualar: su compactibilidad.
Con un ancho de 56 cm, una altura de 1,32 m y una profundidad de 3,55 cm, el producto de Putnam tiene
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