A SOLAS CON MARIO
“Visité a Borges en su casa y escribí sobre nuestro encuentro. Como indicio de la modestia con la que vivía, se me ocurrió contar que el suyo era un apartamento muy pequeño y sobrio, donde había goteras en el techo. ¡Se lo tomó fatal!”
Quién me iba a decir que marcaría el número del teléfono fijo de Mario Vargas Llosa (Perú, 1936) un viernes por la tarde. El premio Cervantes en 1994, Nobel de Literatura en 2010 y académico de la lengua desde hace más de 25 años saca libro. Y eso supone todo un acontecimiento. (Alfaguara) es el título de la brillante obra de no ficción con la que el autor de regresa en este tiempo de pausa. La misma que nos permite entrar media hora en su hogar de manera excepcional a través de una llamada que primero atiende la pareja del escritor, Isabel Preysler. «Hola, ¿cómo estás? -me pregunta-. Mario está en una charla por el móvil, déjame ver... Sí, ¡qué bien!, justo acaba de terminar. Te paso ya con él. Encantada de haber hablado contigo y de haberte saludado». El auricular cambia de manos. «¿¡Aló!? ¡Mil perdones! -exclama alegre el arepiqueño-. Discúlpame, no podía acercarme al teléfono porque estaba en una larguísima conversación, pero ahora ya
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos