Precarios, pero solidarios
Jul 13, 2020
4 minutos
SAÚL GÓMEZ*
Miguel Dimayuga
Hace casi cuatro años, cuando empecé como repartidor de comida por aplicación en la Ciudad de México, me iba bien, pero con la pandemia muchas cosas cambiaron.
Muchos de los que se quedaron sin empleo se refugiaron en las aplicaciones digitales porque, aunque tengas que pagar impuestos, es un método fácil de entrar y conseguir dinero.
Antes de la emergencia sanitaria, en el parque Alfonso Esparza Oteo, en la colonia Nápoles, alcaldía Benito Juárez, nos juntábamos de 12 a 15 repartidores a esperar pedido, pero ahora ¡ya somos 30! Y claro, nos han bajado las ganancias. De por sí es un trabajo precario y, en estas condiciones, empeora.
A mediados de marzo
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