BULGARIA EL OVNI OLVIDADO DE LOS BALCANES
Los Balcanes recorren de un extremo a otro la geografía búlgara. Desde la frontera con Serbia hasta la costa del mar Negro, se extienden por 400 kilómetros de un vasto patrimonio natural que atesora monumentos magníficos. Algunas de las cumbres que jalonan la cordillera están coronadas por construcciones impresionantes, y, sin duda, la más espectacular es la del monte Buzludzha. Quien alcanza su cima y contempla las formas futuristas de lo que parece el fuselaje de una nave espacial cree tener ante sí la prueba definitiva de que en el pasado nos visitaron desde galaxias lejanas. Sin embargo, las ruinas que languidecen abandonadas a su suerte no son extraterrestres, aunque sí de otro mundo: el que desapareció arrastrado por la caída del comunismo.
Monumentalidad y propaganda
El monte Buzludzha se levanta en el centro de Bulgaria hasta casi alcanzar los 1.500 metros. Altura discreta para un enclave legendario, porque, ante todo, Buzludzha es un lugar para la memoria. En sus laderas sucumbieron los patriotas que en 1868 pretendieron sublevar la nación contra el yugo otomano. Durante la Segunda Guerra Mundial, la montaña volvió a teñirse de sangre, sangre partisana en lucha feroz contra el fascismo. Un tercer episodio, el detonante de esta historia, también tuvo como escenario el Buzludzha.
2 de agosto de 1891. Como cada verano desde 1868, una multitud sube a la cima para rendir tributo a los mártires caídos a manos de los turcos. Dimitar Blagoev,
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