NI UN ENCUENTRO DEL TERCER TIPO ACEPTABLE
Una investigación meticulosa no halló pruebas sólidas en los testimonios más extraños y susceptibles de ser verdaderos.
A mediados de los 70, el astrónomo Allan (1972): luces nocturnas, discos diurnos, observaciones de radar, encuentros cercanos del primer tipo –el objeto está a baja altura–, del segundo tipo –el ovni altera de algún modo el entorno; deja huellas, por ejemplo– y del tercer tipo, los únicos con presencia de entidades.
