LA ESCRITORA FANTASMA
Mucho de lo que leemos o escuchamos no fue escrito por quien creemos que lo elaboró. Frecuentemente las listas de libros best sellers incluyen memorias autobiográficas de personajes famosos (actores, rockstars, empresarios, políticos o deportistas). Pero como la mayoría de estas figuras mediáticas normalmente no tienen el tiempo o la habilidad literaria requerida para redactar un ejemplar, contratan a un escritor profesional para que lo haga a su nombre.
Salvo ilustres excepciones, como la laureada obra (Chronicles) del músico y premio Nobel de Literatura, Bob Dylan; o el discurso de Gettysburg del presidente estadounidense Abraham Lincoln –proclamado entre los más trascendentales de todos los tiempos–, es un secreto a voces que la mayoría de las autobiografías de las celebridades y los discursos de los políticos son redactados por escritores fantasma que renuncian a su firma mediante un contrato de confidencialidad.
Estos fantasmas también se encuentran en novelas, cuentos, columnas periodísticas, blogs y discursos. Por ejemplo, Donald Trump; su autobiografía, donde además comparte su visión profesional y perspectiva del espectro político internacional. Esa obra fue la catapulta que convirtió a Trump en un personaje del dominio público.
