POR QUÉ LOS INVERSORES PREFIEREN A TRUMP
En la víspera de las elecciones presidenciales de 2016 en EE UU, la opinión de los que ponían voz al mercado era unánime: en el caso altamente improbable de que ganara Donald Trump, las bolsas colapsarían, al estilo de lo que sucedió tras el referéndum del brexit en Reino Unido, y en esta ocasión necesitarían más que unos pocos días para digerir la traumática decisión de los votantes.
El error de diagnóstico fue clamoroso. Los ciudadanos estadounidenses abrieron las puertas de la Casa Blanca al ‘populista’ magnate inmobiliario, cerrando el paso a la representante de la ‘corrección política’, la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton. Los inversores no se molestaron en escenificar un pánico que no sentían.
La reacción de los distintos activos el 9 de noviembre de 2016 fue un aviso para los agoreros, y para todos aquellos que olvidaron el proverbial pragmatismo de los inversores. Wall Street subió sin apenas titubeos –más del 1%– y los mercados de deuda y divisas ni se despeinaron, a excepción del peso mexicano que se hundió puntualmente porque la beligerancia de Trump contra el vecino del sur rayaba entonces el delirio. Muchos auguraron una elevada volatilidad en los
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