Hilos fugaces
Mar 23, 2020
4 minutos
Por Maite Basaguren
Desde las 9:00 a.m. de la 16 de febrero, un batallón de conservadoras con cascos blancos, cargadores, técnicos de manutención, curadores, administrativos, fotógrafos, miembros de la guardia suiza y un grupo de extras no identificados ocupan el espacio de la Capilla Sixtina. Van de un lado a otro, moviendo andamios, herramientas, cámaras, papeles y, sobre todo, tapices. Caminan sin parar bajo la mirada de un Dios que se concentra en darle vida a Adán y un Cristo que muestra su determinación, en su juicio final, por condenar a los de su izquierda y perdonar a los de su derecha.
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