islas PRIVADAS
Hace apenas unos diez años, pasar tus vacaciones en un paraíso privado ya era posible pero continuaba siendo una idea logísticamente muy compleja. La falta de conectividad aérea e incluso marítima hacía que llegar a estos edenes varados en el océano fuera prácticamente imposible. Ahora es una posibilidad para un gran grupo de viajeros; sin embargo, las experiencias de más impacto continúan estando reservadas para un sector selecto.
Hay tres ejes muy claros que han propiciado la búsqueda de sitios más remotos para vacacionar: la desconexión, la sostenibilidad y la lejanía. El primer eje, el de desconexión, es una tendencia que tiene relativamente poco. Mientras hay un gran número de personas buscando sus destinos según el impacto que podrían tener en sus selfies de Instagram, hay otra porción que busca precisamente lo opuesto, la posibilidad de apagar el celular y privilegiar el contacto humano con sus acompañantes. Es esta población, la que no necesita señal satelital excelente ni wifi de alta velocidad, la que
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