La ingeniería que DESAFIÓ AL MAR
En la legendaria China, el cultivo del gusano de seda, industria y rutas comerciales con Europa se estableció desde el año 2460 a.C. hasta el siglo XIV, según las crónicas. Su cultivo fue uno de los secretos mejor guardados en la historia (su divulgación incluso se castigaba con la pena de muerte). La Ruta de la Seda, que en su momento llegó hasta la costa de Siria, ahora tiene una nueva versión. China abrió un nuevo camino desafiando el poderío del mar para llevar sus mercancías a todo el mundo.
Sin embargo, ¿Qué tienen en común el tren Yiwu-Madrid, considerado el más largo del mundo; la concesión del puerto del Pireo (en Grecia); el centro logístico de Aktau, en Kazajistán; o este extraordinario puente edificado sobre las turbulentas y legendarias aguas? La respuesta sigue siendo el comercio.
Todos forman parte del ambicioso concepto que Pekín ha convertido en una de las grandes prioridades de su política exterior: la formación de extensas redes de transporte, comunicaciones e infraestructura que inicien en ese país para llegar por vía terrestre y marítima a Europa. El gobierno chino lo ha bautizado como el proyecto de las Nuevas Rutas de la Seda y aspira a completar el proyecto
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