TIERRA CHILOÉ
Pese a que fue diseñado y construido como un elemento más de la naturaleza del lugar, este hotel parece haber tenido una evolución casi orgánica y se ha desprendido de su emplazamiento respetuosamente. Su existencia ha sido teñida ya por la magia del lugar y sobre su piel agreste habitan parte de las historias y de los personajes de Chiloé.
Hace casi una década, el estudio chileno Mobil Arquitectos recibió el encargo de diseñar un hotel boutique de doce habitacionesalerce; actúa también como un puente que conecta paisajes lejanos como la cordillera de los Andes con la proximidad de los canales y el humedal de Pullao. Esta estructura logra suspender las habitaciones en el segundo piso a la vez que resguarda las áreas comunes bajo un cielo de pendiente invertida que proyecta las vistas a lo lejos y busca el ingreso de mayor cantidad de luz natural; “el diseño del hotel es el resultado de este juego entre proteger y aprovechar las características únicas que presenta el emplazamiento, que construyen en conjunto la memoria y la experiencia de visitar Chiloé”, explican los arquitectos. Aunque el edificio se proyectó desde el comienzo pensando en las posibilidades de ampliación, con el tiempo el volumen adquirió identidad y se tornó un desafío repensarlo para duplicar su capacidad, cuestionando las ideas originales. La nueva estructura tiene forma de L y además de proveer de más espacios interiores, forjó también terrazas y otras áreas para disfrutar al aire libre.
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